15/5/09

Cosas de mi vida

En un disco de Edith Piaf
llegó un recuerdo,
pintada sobre un hueso
una reclamación:
hacía falta poner verbo
al corazón, la situación,
darle hora al reloj
y enfrentar caras...
así decían las palabras
y callaban. Después
callaban, como un aire
que no llega a lo pulmones,
como una patada en los huevos
o una puñalada,
ronca,
seca.

Algunas cosas
no salen de la cárcel
de los labios,
se quedan ahí,
mudas,
nonatas en la soledad
de la parte de atrás
de "El lobo estepario",
allí donde nadie escucha,
donde uno mismo no existe
porque el miedo lo haría esclavo
de una vida aún mas triste.

Vino vestida de rosa
y se fue sola
la vida
con el corazón descalzo,

en la mano los zapatos,
de saltar toda la noche...

en su silencio,

sobre el llanto.


even.

1 comentario:

jonás dijo...

Tus dos últimas entradas son meláncolicas. Tío, si no estás bien, sabes que puedes contar conmigo.
Venga, ánimo. Y si necesitas algo, llama.

 
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