
( "En dosis diarias" Alberto Montt.)
Esperemos ke esta vez no sean de arena las palabras y no las lleve el viento..
Cabalgad conmigo...seguiré solo. La excentricidad se ubica en ese borde silencioso y abismal donde la sanidad llega a confundirse con la locura.
4 comentarios:
No des tu corazón. Da un riñón o un pulmón, que para eso hay dos. O el bazo, a nadie le interesa el bazo. Y el hígado se supone que se regenera... aunque no sé si el tuyo...
Saludos.
El que regalemos nuestro corazón de vez en cuando, hace que regeneremos uno nuevo, más fuerte, más sujeto a nosotros mismos, pero que acabaremos regalando del mismo modo. Eso sí, cada vez somos más exhaustivos en la elección del destinatario de nuestro, cada vez más, preciado regalo.
J.
Pa mí ke al anónimo este no le han roto nunka el corazón y tampoco se lo ha roto él, porke eso de ke se regenera suena mas que a cuento chino, a japonés.Tengo yo el mío pegaíto con superglue y hay ke moverlo poco no se vaya a escachar,como pa irlo regalando de vez en cuando...Yo a kien se lo doy, si se lo doy, o es dohtó de pulmón y corazón,o se lo hace muy bien, o si no ya pué esperal.
Lo siento anónimo keske ando sin dormir y medio febril, mis disculpas
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